A la primera persona que distinguí y ansiaba ver de nuevo fue a E. Taylor, ella se encontraba glamorosa, nos abrazamos y nos sentamos en su mesa a conversar un poco.
Momentos después Michael me hizo la señal de que su familia había llegado, me sentí un tanto inquieta al ver a su papá ya que había escuchado historias no muy agradables de él hacia Michael.
Pero me acerque a saludar, noté que su trato hacia mí fue un tanto áspero, el malestar que me dejo aquello sucumbió al saludar a Katherine(la mamá) que muy al contrario de lo sucedido con el papá, ella y yo congeniamos de inmediato, la adore totalmente, también estaban Janet y Marlon que ya los conocía y aparte me presentó a LaToya y a Jackie (sus hermanos mayores) nos sentamos a dialogar un momento con ellos.
Michael había quedado justo sentado a un lado de su padre y pude notar su exaltación y angustia hacia él, tratando de ayudarlo solo pude tomar firmemente su mano con la mía bajo la mesa, Michael volteo y me regresó el gesto agarrando también mi mano y mostrándome su más imponente sonrisa, de inmediato lo noté más tranquilo y la conversación empezó a tomar un giro más agradable, en la música de fondo se escuchaba la melodía de arabesco no. 1 debussy, y él me decía que le encantaba esa melodía.
Inmediatamente alguien lo llamó.
- Elizabeth, ¿me disculpas?, debo ir pero regresaré en un momento.
Yo asentí con una sonrisa, sabía que esto iba a suceder continuamente durante la velada y yo no tenía ningún problema con ello, entendía la situación, observé como varias personas lo cercaron de inmediato a platicar con él.
Me excuse con la familia de Michael para dirigirme al sanitario a retocar un poco mi maquillaje, sin darme cuenta justo detrás de mi entró Joanna..
Joanna se quedo en la puerta para esperar a que saliera otra persona que estaba dentro y quedarse a solas conmigo, yo no lo había notado hasta que al salir la persona que faltaba ella entró y cerró la puerta.
- Elizabeth, es tiempo de poner las cartas sobre la mesa-. Joanna hablaba molesta
-¿Sabes?, no pienso caer en juegos, se quién eres y no quiero problemas, con tu permiso voy a salir.
Joanna me impidió la salida a pesar de que alguien se encontraba tocando la puerta deseando entrar.
-¡Un momento!-. Ella le gritaba de mal modo, empezaba a impacientarse y con un cierto tono sarcástico continuo.
-Solo quería decirte que Michael siente lastima por ti y yo lo dejó jugar un rato contigo, pero después estaremos juntos de nuevo como siempre.
Ese comentario ni tan siquiera me hizo sentir el más mínimo ápice de malestar, la miré con frialdad ya que ella me estuvo mirando con cinismo todo el momento.
-Joanna ¿eso qué dices te hace sentir mejor? Entonces sigue diciéndotelo a ti misma hasta que logres creértelo, con permiso.
Mi repuesta fue como un balde de agua fría para ella, no había logrado su propósito de fastidiarme, pero también creí que no iba a dejar de intentarlo en otra ocasión.
-Esto no se queda así Elizabeth, Michael me quiere a mí y pronto te darás cuenta, no debiste meterte conmigo, no sabes lo que te espera-. Y como si fuera una niña pequeña y malcriada empezó a dar algunas patadas al bote de basura que se encontraba en la entrada del sanitario.
Yo salí de ahí, aunque no le creí en absoluto, me sentía un tanto ofuscada, quería tomar un poco de aire, busqué a Michael pero él seguía aprisionado con personas que tomaban de su tiempo y conversaban.
No quería molestarlo, al dar la vuelta, me pareció reconocer a uno de los camareros se parecía bastante a Mario mi compañero del periódico y sentí palidecer, lo vi entrar rápidamente al interior de la cocina y lo seguí, inesperadamente Janet me cerró el paso, por supuesto ella ignoraba hacia donde me dirigía.
- Elizabeth, quería platicar contigo, ¿te sientes bien? te ves un tanto pálida-. Janet me veía con cierta preocupación.
-Si, estoy bien no te preocupes, y me encantaría platicar contigo, pero necesito hacer algo antes, ¿podemos platicar después?
Claro que sí.
Me sentí mal por dejarla así pero tenía que ir a la cocina a cerciorarme.
Al entrar vi al chef, cocineros, camareros pero ninguno era él, tal vez me había equivocado.
Señorita ¿necesita algo?-. Preguntaba el chef al verme dentro del lugar.
- No gracias, bueno si, quisiera saber si por aquí puedo ir al jardín.
-Si, por aquella puerta puede usted salir, ¿necesita algo más?
-No gracias, es usted muy amable.
Necesitaba un poco de aire, al fin y al cabo Michael continuaba bastante ocupado, solo sería un momento y después entraría de nuevo.
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