CAP. 51

Apenas los divise caminar lentamente hacia la casa, voltee a despertar a Michael pero no estaba, se había levantado y estaba en algún lugar de la casa cambiándose, hice lo mismo, aún no me ponía los zapatos cuando por fin tocaron.
Aventé mi cabello hacia atrás tratando de acomodarlo, respire hondo y abrí.

-¿Qué sucede con ustedes?, Michael tiene una entrevista-. Frank estaba bastante molesto.

-No sucede nada, en un momento estamos listos para salir-. Salió Michael de un
cuarto cambiado y tratando de tranquilizar la situación.

-Michael tiene razón Frank, no hubo daños, solo querían divertirse un rato, ¿no es así Elizabeth?-. Sal me miró amablemente guiñándome un ojo, sabía que estaba fingiendo, actuando frente a los demás, se me revolvió el estomago con semejante embuste.

-Bien vámonos-. Frank salió primero.
Les dejamos una nota de disculpas a los dueños y algo de dinero por las molestias que ocasionamos.

-Elizabeth vendrá conmigo en la camioneta-. Hablo con seguridad Sal.
Antes de que pudiera contestarle mi negativa.

-No, ella vendrá conmigo y Bill se irá contigo-. Michael tomó mi mano conduciéndome con él, alcancé a notar la enorme molestia en el rostro de Sal, pero me sentí aliviada.
Llegamos con tiempo al lugar donde sería la entrevista, había muchos reporteros y curiosos afuera del lugar, Bill salió detrás de Michael ayudándolo a ingresar, justo cuando iba a bajar me detuvieron.

-Lo siento Elizabeth, no puedes entrar, está totalmente restringido para nosotros nada más, pero terminando la entrevista puedes volver a reunirte con Michael, ¿quieres que te llevemos a algún lado?-.

-No Frank está bien, debo ir por unas cosas-. Frank bajó primero.

-Lo siento muñeca, que mal, ¿eh? Y esto fue idea mía, Jajajaja-. Sal se reía burlonamente al pasar a un lado de mí.
Fruncí los labios conteniendo mi ira.
Uno de los reporteros se acercó al verme.

-¿Elizabeth?-. En realidad no lo esperaba estando tan lejos de los Ángeles.

-Mario, ¿Qué haces aquí?-. Lo mire con grata sorpresa.

-Ando cubriendo la gira dangerous, solo alcance a tomarle un par de fotos, pero no te preocupes va por mi cuenta sin pedirte ayuda como habíamos quedado, pero ¿qué tienes? lo vas a ver después, ¿no?
-Sí, lo sé-. Callé un poco pensativa-. - Lo que sucede es algo sin importancia.
-Vamos dime, ¿qué sucede?-. Empezamos a caminar por las calles.
-Pues, te podría decir que tengo la crisis de Molly Ringwald-. Me reí por semejante ocurrencia.
-¿Qué es eso? ¿Qué crisis es esa?-. Me acompañaba en la risa
-Es una actriz que hizo una película en donde nadie se acordaba de su cumpleaños-. Lo mire frotando un poco mi cabeza.

-¿Cómo?-. Se paró y me observó levantando una ceja-. -¿Es tu cumpleaños, hoy?-.

-Si-. Cubrí mi cara con las manos un momento.

-¡Felicidades!, y Michael ¿Qué te dijo?, ¿van a ir a festejar?

-No, no le he dicho.

-Pero ¿Por qué?-.

-Tiene muchas cosas que hacer, yo solo vine a acompañarlo y a apoyarlo, no ha darle más cosas en que pensar-.
Sin decir nada más caminamos hacia el edificio comercial donde había dejado mi maleta, aquel lugar donde fui encerrada en un elevador, por fortuna la encontré en buenas condiciones y con el regalo para Michael intacto.

-Espérame aquí un momento voy a comprarle algo a Lety, ¿sabes? ya somos novios.
Era una buena noticia, me alegre por él, se veía feliz. Cuando regresó lo vi detenerse en un teléfono, supuse que estaba hablando con ella.

-Elizabeth, debo irme al aeropuerto el jefe me espera con la noticia para sacarla mañana mismo.
Lo acompañe al taxi, cuando el transporte emprendía la marcha, Mario bajo la ventanilla y sacó la cabeza, poniendo sus manos en la boca en modo de altavoz y gritando a todo pulmón.

-¡¡Por cierto, la llamada que hice fue al lugar de la entrevista y deje el siguiente mensaje para el señor Jackson, que hoy es el cumpleaños de Elizabeth Porter!!
Estaba emocionada de escuchar lo que había hecho.
Me dirigí hacia un restaurant para desayunar algo, en el lugar había un televisor y estaban pasando la entrevista. Sal se encontraba sentado a su lado, y mirando a la cámara antes de concluir, mencionó

-Terminando esta entrevista debemos ir a otras más y algunos compromisos antes de marcharnos esta noche para ultimar detalles del concierto que se dará el día 30 de este mes en Rotterdam.
Sentí un pellizco en el corazón tal vez no alcanzaría a verlo de nuevo, menos con el pequeño problema que se vino en ese momento.

Mario regresaba corriendo y sudando a encontrarme

-¿Qué sucedió?, ¿no ibas al aeropuerto?-. Lo mire extrañada.

-No pude, se contactaron conmigo y una persona muy importante te espera mañana por la tarde en los Ángeles en el periódico, debes regresar.

¿Qué?, ¿Pero quién me puede esperar?, pero que cumpleaños me tocó pasar hoy, golpee mi cabeza en la orilla de la mesa, lamentando todo esto.