CAP. 79

8 días transcurrieron.

En este tiempo no logre ver a Michael y salvo por unas cuantas llamadas manteníamos el contacto, se encontraba ocupado trabajando en el video y por mi parte debía ponerme al corriente en el periódico, buscando información para mi columna, juntas y entrevistas, no verlo era desastroso, extrañaba su sonrisa hipnotizadora, sus ojos clavados en los míos, abrazarlo, sobre todo pasar el tiempo juntos.

Recuerdo que era un Domingo, acababa de llegar de correr, y mirando por la ventana de mi departamento contemplaba con los ojos perdidos a parejas y familias salir de paseo.

Suspiraba y con las manos apoyadas en el marco de la ventana, colocaba mi mentón sobre ellas, mirando y exhalando profundamente.

Un carro se estaciono abajo, negro y largo, abrí el ventanal para salir al pequeño balcón.
Janet asomaba su cabeza y alcanzó a verme, hizo una seña.
Tome mi bolso y como un rayo, salí disparada a su encuentro.

-Shh! No preguntes nada, si lo haces arruinare la sorpresa.

La veía roer sus propios labios tratando de contenerse, sin hablar.

Reí un poco y coloque uno de mis dedos sobre la boca, evitando preguntar, si decía algo, podía romper su secreto, a Janet parecía explotarle tal noticia en la garganta, si era gracioso, pero no dijo nada.

Una hora después, el auto paraba.
Janet cubrió mis ojos y a tientas y tumbos me dirigía a algún lado, sentí subir unas escaleras y el viento soplaba como loco, apaciguándose cuando entre al lugar.

-No te muevas-.
De un jalón quitó la venda que cubría mi visión.

-¡Sorpresa!-. Gritaban mis amigos.
Mire a mi alrededor y nos encontramos dentro de un elegante avión.

Fue tan rápido el modo como mis comisuras se movieron hacia abajo.
-¿Dónde está Michael?-.

-No lo sabemos, a todos nos trajeron igual, pero también esperamos que llegue.
Una azafata me invitó a sentarme, pero solo lo hice por unos minutos, tome una servilleta entre mis manos y la había hecho añicos en cuestión de segundos.

Me paré tratando de ver por la ventana.

-Listos para partir-. Escuche al piloto hablar por las bocinas.

-No, pero ¿A dónde? Sin Michael no puedo, debo bajar.

-Señorita debe sentarse-. La azafata detenía mi paso, pero la hice a un lado.

-Lo siento, pero quiero bajar en este instante.

-No puede bajar nadie, la escalera se ha retirado.

-Pero y ¿Michael?

Estaba a dos pasos de ponerme histérica, ¿Un viaje sin él? Imposible.
-Elizabeth ven, Michael se comunicó hace unos momentos, debe quedarse a una junta, prometió alcanzarnos pronto-. Ponía Janet su mano en mi hombro tratando de contenerme.

La mire tratando de comprender, ya nada podía hacer, estábamos en marcha.

Sin saber a dónde iríamos, mis ánimos estaban por los suelos. Los chicos platicaban animosamente y cantaban, aventándose palomitas y papas. Lety y Mario al contrario estaban acurrucados en un par de asientos al fondo donde dormían tranquilamente.

Decidí dormir.

Un sueño de lo más extraño vino a mi, caminaba en medio de monos, leones, tigres, elefantes, toda clase de animales que solo en zoológicos había visto, abriendome paso entre ellos entraba a una cabaña y sentado, vestido de blanco, estaba Michael sonriendo, invitándome a acercarme a él.

La voz del piloto me despertaba dramáticamente.

-Sean ustedes bienvenidos a África.
No lo podía creer, ¿tan lejos?
Todos bajaron emocionados, dando tropiezos unos con otros, mis pies se arrastraban siguiendolos como si llevara una tonelada de grilletes en los tobillos, sintiendome desanimada y en una camioneta nos llevaron a conocer el pueblo.

Siempre he pensado que la vida en la tierra se originó aquí en este maravilloso lugar y sumamente mágico. El paraíso terrenal.

Nos paramos en una tienda a comprar algunas cosas. Compré un elefante de peluche, y un vestido largo, ligero, de tirantes con algunas flores estampadas en la tela y unos zapatos de lona.

A cada minuto que pasaba me imaginaba a Michael haciendo una entrada triunfal, mostrando su sonrisa cautivadora uniéndose al grupo, disfrutando y riendo.

Así lo quería ver, feliz.

Después y con este tremendo sol y el aire más puro que mis pulmones pudieran recibir, íbamos rumbo al hotel, contemplabamos el inmenso paisaje, y entre el alboroto que reinaba dentro de la camioneta, pensaba en una frase que Michael me dijo alguna vez sobre África:

"Aquí hay tanta belleza que hay que lavarse los ojos entre cada mirada"

Cada mirada que echaba hacia cualquier punto del vasto reino por el que ahora paseaba, mis pupilas bailaban alegres mirando la inmensidad de este mundo único.

Gotas de sudor comenzaban a cubrirnos, Rosie prendió un pequeño ventilador que casi nada servía, pero ante atrayente lugar no nos preocupaba el calor.

Al llegar dejamos nuestras cosas y antes de sentarnos o siquiera pensar en descansar del vuelo, los chicos ya estaban planeando algo.

-Anda Elizabeth, vamos.

-Pero…

-Ningún pero, tú te vienes con nosotros, mira igual y puede ser que no llegue Michael en este momento.

-Pero-. Encogí los hombros.

-Tú lo decidiste-. Entre todos me tomaron y me alzaron para subirme a la camioneta de nuevo, Mario tenía las llaves, él conocía un poco de África, así que sería nuestro guía.
Según él.

Por fin me habían sacado una sonrisa. Estos chicos locos, ¿Qué planean?
Me puse en ambiente junto a ellos y de un brinco ya estaba en el asiento del copiloto.
Tú tienes el volante llévanos.

-Yeaaah!, grito Janet, pero primero demos una vuelta a ver si llegó mi hermano.

-¡Michael! ¡Michael!-. Gritaban a coro.

Y ahí íbamos de nuevo.

Si, ya quería verlo, que le tengo reservado millones de abrazos e infinitos besos.

-¿Porqué te detienes Mario?

-Vamos a comer-. Tenía razón, entre tantos pensamientos y tristezas olvidaba que tenía hambre.

Pero me quedé estática y entuasiasmada, parada en la puerta del lugar.
Con la sonrisa más amplia del planeta.

Ahí estaba Michael, vestido de blanco, corriendo hacia mi.

Ahora lo entendía todo, la idea de ocultarmelo fue de los chicos, querían sorprenderme y puedo decir que fue la sorpresa más grata que haya tenido en estos 8 días.

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Antes que nada comentar que la encuesta que deje para saber si iban solos o acompañados se cerro, y como sus votos cuentan se dieron cuenta que la mayoria eligio a los chicos en la historia, no por esto se le va a restar romance.

Quiero agradecerles por estar votando la novela en la premiacion de los webnoveawards 2011, la cual cierra votaciones el día 20 de Enero!!
Sigamos apoyandola!!! a la derecha esta el recuadro que lleva a la pagina de los premios!

Tambien les pido que no dejen de comentar que me animan mucho con cada comentario que leo, gracias por formar parte de este espacio, y de esta historia de amor y aventuras entre Michael y Elizabeth!!

Espero que hayan tenido un estupendo inicio de año nuevo y que continue asi para ustedes por el resto del año!!

Gracias!!..