Dentro de la tienda de campaña nos encontramos solas Janet y yo, solo escuchábamos el murmullo que hacían los chicos al contar sus historias.
Janet me había inspirado confianza y yo tenía mucho interés en escucharla, nos acomodamos en las bolsas de dormir y ella empezó a platicarme de lo mucho que quería a su hermano, de lo contento que lo había visto desde que me conoció (cosa que me alegró pues yo me sentía igual), me platicó a grandes rasgos de la vida que habían llevado desde que eran unos niños y vivían en una pequeña casa en Gary, de cómo ellos tenían que darse tiempo de ir a la escuela, hacer la tarea, ensayar y después ir a hacer presentaciones hasta muy tarde
De cuando se mudaron de Gary a una vida nueva, me platicaba de su vida como familia y eso me alegro, saber ahora esta parte de él pues E. Taylor ya me había platicado su parte artística y conocer estas cosas desde el punto de vista de Janet me daba una perspectiva más profunda con respecto a la vida de Michael, ya que ella me platicaba como habían sido las cosas para ella viviendo con Michael, sus padres y sus hermanos, como ella se encargaba de cuidarlo cuando su madre se ausentaba, como preparaban una lista de cosas divertidas que hacer en un día solo para ellos dos cuando eran niños y se divertían juntos.
Estas historias reales no hacían más que aumentar mi admiración y respeto por él, era una vida de esfuerzo, perseverancia, de amor al escenario, de amor a la vida misma, y de que a pesar de las circunstancias siempre trataban como familia de mantenerse unida.
Janet mostraba como lo quería e idolatraba en cada relato, había aprendido mucho de su hermano mayor, deseaba algún día poder grabar unan canción con él a dueto, y deseaba poder hacer muchas cosas con él y que ojala algún día se dieran esas y más oportunidades.
Yo en cambio le hable de mi niñez, de un padre que se fue, de un padrastro que ame y de cómo conocí a Michael, por supuesto que nunca falto la pregunta de “¿ya se besaron?” cosa que solo me hacía ruborizar demasiado y decirle que la oportunidad no se había dado pero por algo pasan las cosas.
Con nuestros relatos nos llegábamos a entristecer pero también nos reíamos mucho, después de un rato los chicos dejaron de escucharse, Janet y yo nos prometimos vernos de nuevo y ojala no un día muy lejano, ella se durmió primero y después solo escuchaba el cantar de los grillos, hasta quedar profundamente dormida.
¡A levantarse dormilones!- gritaba Kieran, juro que no podía abrir los ojos, pero al ver mi reloj con medio ojo abierto ya estaba de pie de un brinco.
-¡Pero si es tardísimo! exclamé- mientras los demás apenas bostezaban yo salí disparada a cambiarme
Michael tenía apenas un rato que se había levantado, desayuné algo rápido y ya estaba lista, los demás se quedaron en Neverland. Michael como había quedado me llevó al periódico en su limusina, yo llevaba una taza de café y tremendas ojeras, él llevaba sus lentes oscuros así que no se le notaba que estaba desvelado.
-Me da tristeza tener que irme a Washington, no quisiera dejarte, ojala tuviera unos días de vacaciones, pero no creo que pueda ser posible, te voy a extrañar muchísimo.
Yo quise animarlo un poco aunque yo me sentía tremendamente igual
- Nos volveremos a ver pronto lo presiento, yo también te voy extrañar como no te das una idea, y yo..
No podía terminar la frase, sentí que mi garganta se me cerraba un poco por la tristeza que me embargo en ese momento, tomé sorbos de café y respiré más lento y profundo para que no se me escapara una lagrima, no quería que Michael se fuera triste, le sonreí mientras él se quitaba los lentes y solo pude abrazarlo fuerte, me estrecho firmemente hacia él mientras acariciaba suavemente mi espalda solo hasta entonces pude terminar la frase
-Se que volveremos a estar juntos otra vez, ya verás, de mientras hay que pasarla siempre bien, con los detalles que vivamos en el día a día.
-Tienes razón, seré igual de positivo que tú, eres un rayo de sol, una luz brillante que de repente iluminó mi vida, gracias Elizabeth.
La limusina se detuvo frente al periódico, le hice un poco de cosquillas, y después él me besó en la mano, por fin tenía de nuevo esa bella sonrisa.. el chofer me abrió la puerta del carro y tomados de la mano como si no quisiéramos soltarnos las fuimos soltando poco a poco, mientras me bajaba..
-Que te vaya muy bien y ya te empiezo a extrañar..
-Que tengas buen viaje y también te empiezo a extrañar-. le dije mientras le soplaba un beso con mi mano
Michael hizo un ademan como si agarrara el beso en el aire y con su puño cerrado lo acercó a su corazón..
Cuando el chofer cerraba la puerta, Michael se acomodó de nuevo los lentes oscuros y la limusina partió, vi como se alejaba hasta que se acercaron algunos compañeros del periódico que rompieron todo el encanto.
-Pero Elizabeth, ¿con quién venías, era un actor, un presidente, un político?
- Aaah no! Ya los conozco chicos, pero no les diré nada-. Y riendo me fui hacia el interior del edificio, si algo he aprendido de esta ciudad es no contar nada, sobre todo a un reportero.
Lo bueno que aunque eran reporteros no me iban a presionar, mis compañeros me estimaban y sabían que cuando yo no quería hablar, nada lo hacía, así que no me insistieron más, solo iba a ir a la junta y hablar de mis temas como columnista ya que yo escribía sobre política, salud, educación, sociedad, etc. pero no contaba que en la junta se iban a poner a comentar de lo ocurrido ayer
-Supieron que Michael Jackson canceló ayer las entrevistas porque se sentía mal?-. Decía uno -.
– si, Frank Dileo habló con todos, pero no le creí-. Comentaba otro-. Después voltearon y preguntaron mi opinión.
-Bueno chicos, yo no sé nada, yo estuve ocupada todo el día de ayer.
Tratando de salvar a Michael por un día de todos ustedes, pensaba.
Un reportero de nombre Mario llegó corriendo a la junta gritando
-¡¡Tengo una foto donde apareció Michael Jackson ayer en compañía de una chica afuera de un hospital!!
Me dio un ataque repentino de tos
- ¿Estás bien?-. Me preguntaban..
-Si estoy bien gracias y ¿Quién es la chica?, ¿Puedo ver la foto?-. ya estaba empezando a sudar, eso no me lo esperaba. Al ver la foto se veía a Michael de frente y yo estaba de espaldas y como estaba disfrazada no se notaba que era yo o nadie más..
Mario estaba decepcionado, decía que desafortunadamente a la chica no se le veía el rostro pero que iba a averiguar quién era, yo lo que quería era que dejaran en paz a Michael, pero discutir con ellos de eso era como hacerlo a la pared, de otros temas nos divertíamos platicando pero de estos temas siempre había alguna discusión, casi al salir Mario me preguntó:
-¿Te puedo llevar a la fundación? -. Me miraba ansioso
- No Mario gracias, eres muy amable, en otra ocasión.
Mario en realidad no era malo, fuera de su trabajo era más relajado, parecía tener cierto interés en mí pero mi interés ya estaba en otra persona y de ahí me fui directo a la fundación y una noticia inesperada me aguardaba…
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