CAP. 18

Cuando abrí la puerta exclamé:

-Buenos días-. Y al mirar detenidamente a la persona que esperaba, se me hizo conocido-.

-Espera… yo te conozco… ¿no eres el chofer de Michael?-.mientras daba mi primera sonrisa del día.

- Si señorita, buenos días, disculpe la molestia pero el Sr. Jackson me envió a extenderle una atenta invitación a unos ensayos que se efectuaran esta mañana.

-¿Ensayos? Claro que me encantaría ir, y ¿Michael esta en el carro?

- No, de hecho el Sr. ya se encuentra en el ensayo, yo la llevaré con él.

- Por supuesto, solo deme 10 minutos, por favor. ¿Podría esperarme?

-Si, no se preocupe aquí aguardare.

En cuanto cerré suavemente la puerta corrí al baño, de verdad que se me había quitado el sueño, me bañe rápidamente, no sabía que ponerme tome una falda que me llegaba a las rodillas, unas zapatillas, me puse un poco de mousse en el pelo y lo deje suelto, me maquille lo mejor que pude, tome mi bolsa y el peluche que le había traído de Florida.

El chofer me condujo amablemente al carro y realmente no hicimos mucho tiempo de camino.

Al llegar entré y observé atónita aquel lugar tan inmenso, muchas personas andaban de un lado a otro, los coristas discutiendo algunas notas, los bailarines dando algunos pasos y corroborando otros.

Yo buscaba a Michael en el escenario sin éxito, cuando en ese momento alguien tapó mis ojos, las manos y el aroma eran inconfundibles, sabía que era él.

- Michael!!!-. Me voltee y lo abrace estoy feliz de verte, ¿cómo estás?

- Muy bien, a mí también me da gusto verte, pero mírate que linda te ves-. Esbozaba una tímida sonrisa, cumplido que le agradecí

-Por cierto leí tu columna esta mañana y no puedo más que agradecerte, lo que expresaste de mí me conmovió.

- No hice más que decir la verdad y el mundo debe saberlo por cierto las flores que me enviaste estaban hermosas y mira lo que te traje-. Saque a la vista el chimpancé de peluche.

- Me encanta, muchas gracias. Ven conmigo, te tengo el mejor lugar para que veas el ensayo.

Me tomó de la mano y subimos al escenario, salude a todos los que veía, me acomodó en un extremo del escenario, y lo vi ensayar will you be there, black or White y más extraordinarias canciones, yo estaba extasiada como en un profundo trance, aplaudía cada canción, era maravilloso, hasta que en cierto momento se detuvo el ensayo, algunas personas se acercaron a Michael y después él se acercó a mí.

-Elizabeth, hay un problema, mi compañera Siedah no ha llegado aún, y canto a dúo una canción con ella, pero tú me puedes ayudar, ¿quisieras cantarla conmigo?

-¿Yo?,¿ seguro? Pero si no canto muy bien

-Si lo haces, te escuche en el lago, ¿recuerdas? Y aunque no lo hicieras igual me harías feliz que ensayaras conmigo esta canción

-Por supuesto que sí-. ¿Cómo negarme? Pensé-. - Dime ¿qué debo hacer?..

Michael me dio algunas instrucciones con la canción, de un modo dulce y paciente, mientras leía la letra, afortunadamente ya la había escuchado antes.

Entonces Michael dijo muy seguro: -no le den micrófono, compartiremos el mío.


Y los primeros acordes de I just can´t stop loving you se dejaron escuchar, la canción empezó lenta y armoniosamente.

Michael cantó las primeras estrofas, estaba casi en el centro del escenario, solo estaba parada agarrando mis manos nerviosamente y viendo lo profesional que él era, de repente se acercó a mí tomo una de mis manos y me acercó lentamente a él, cantaba como un ángel y me empecé a envolver en su magia.

A continuación fue mi turno de cantar, Michael me dio mucha confianza y empecé a relajarme, los que estaban trabajando no dejaban de contemplarnos y dejaron de hacer lo que hacían por ese momento para sentarse a nuestro alrededor y vernos emocionados.

Sentí el momento único

Después Michael se acerco por detrás de mí, me abrazó con una mano la cintura y con la otra tenía el micrófono sosteniéndolo cerca de mis labios y él acercándose al micrófono cantamos juntos con fuerza, tan cerca que nuestros alientos se entrelazaban en uno solo, su mirada fija en la mía, mientras él me mecía al ritmo de la canción, nada más existía, solo nosotros.

Estaba metida en su voz en su mirada, en el ritmo de la canción, el lugar retumbaba solo con nuestras voces, compartiéndolas y también uniéndolas en una sola, llenado el lugar de emoción, tomando nuestras manos, solo cantábamos para nosotros al llegar al final de la canción respirábamos rápidamente, mi corazón se agolpaba, ya lo único que observaba eran esos hermosos ojos negros incrustados en los míos y esa sonrisa que me regalaba una vez más.

Al terminar me abrazo con las dos manos la cintura mientras ponía su mejilla sobre la mía, todos gritaban emocionados y nos aplaudían, me sentía tan contenta, los dos sonreíamos.. Hasta que Sal interrumpió el momento..

-¡No, no, Michael! ya sabes que no hay abrazos en la canción-. Cruzaba los brazos molesto.

-Pero Sal es solo un ensayo y a ella me nació abrazarla así, creo que cantamos muy bien a dúo.

-Pues no estoy de acuerdo, aparte ya llegó Siedah, pero antes de continuar te esperan en vestuario y después habrá una reunión.

-Sabes Michael-. Me separé y voltee a verlo-. - Es mejor que no tengas problemas, no te preocupes por mí, yo daré algunas vueltas por ahí a conocer el lugar

-Esta bien, no te vayas muy lejos-. Sonrió y me dio un beso en la mejilla-. - Te veo en un momento.

Los chicos me felicitaban por lo bien que había cantado y ellos creían que cantábamos muy bien juntos, yo les agradecía mucho y al mismo tiempo me sonrojaba, entonces empecé a caminar por los pasillos detrás del escenario, al meterme en un pasillo solitario di la vuelta para regresarme y sin premeditarlo me topé con Sal Bonafede, se quedó de pie, estático y con un semblante muy serio, aunque sentí escalofrío, estaba lista para lo que tenía que decirme, no me dejaría intimidar.