CAP. 20

Entramos a un camerino muy amplio, había bastante ropa, Karen se metía entre los vestidos y la perdía de vista, me puse a observar el lugar, no me podía creer que fuera a ir a una fiesta tan importante con Michael, pero la verdad me daba igual el lugar que fuera mientras estuviera a su lado, quería verme muy linda para él, entonces Karen salió con varios vestidos.

- Ten pruébate este, y este y este otro y aquí hay más (todos me los ponía en mis brazos, me sentía ofuscada con tantos vestidos tan hermosos) mientras te los pruebas te voy a buscar algunos pares de zapatos que también hay aquí, mmm no, están en otro camerino, ahorita vuelvo-. Karen salió y me vi sola con aquellos vestidos, me probé uno, después otro y en eso llegaba ella con zapatos y otros accesorios

- ¿Cómo me veo en este vestido? -.preguntaba muy dudosa, no estaba segura, nunca había usado vestidos así tan lindos y elegantes.

-Pero si te ves divina, te queda muy bien, tienes una bonita figura y este vestido te la realza aún más, el color te favorece de gran sobremanera. Bien, lo apartaremos mientras te pruebas los demás.

Me fui probando los vestidos y con todos me hacía el comentario que me veía preciosa, al final optamos por el que realzaba mi figura, con el que me veía divina como declaraba Karen

- Bien, ahora voy a peinarte-.lo hacía delicadamente y de forma ágil a la vez, le relataba lo sucedido aquel día, en el hotel, el hospital, nuestra graciosa huida de muchos fans, de Neverland y claro de nuestros infortuitos besos, que por una u otra razón no se concretaban.

-Dime Elizabeth, ¿Qué sientes por Michael?

-Es algo que no podría explicar, desde la primera vez que lo vi, sentí algo sumamente especial por él sin saber quién era, puedo platicar de todo con él, nos tuvimos tanta confianza desde un principio y estar con él es un sentimiento tan profundo, es.. es..

-¿Amor?-. Había logrado sonrojarme, Elizabeth, la verdad es que estás enamorada, se te nota ampliamente, los nervios, las sonrisas, es evidente y no tengo más que estar feliz por ti.
Y Michael ¿te ha dicho algo?

- Bueno no precisamente, pero, este-.
 No sabía que decir, me puse nerviosa y no estaba segura si Michael sentía lo mismo por mí, y como si Karen adivinara mi pensamiento

- Puedo casi apostar que él siente lo mismo por ti, lo conozco y noto su nerviosismo también cuando esta cerca de ti, sus ojos se iluminan, lo veo sonreír más, tal vez por fin pueda pasar algo esta noche, no lo sabemos.. pero hay algo que debes saber del amor Elizabeth y escucha bien: “el amor verdadero no puede encontrarse donde no existe y no puede esconderse donde puede ser hallado”.

Sus palabras retumbaban en mi cabeza, no pude más que bajar la mirada a meditarlo, pero de algo estaba segura, esta noche la iba a pasar estupendamente, independientemente de lo que sucediera yo ya daba gracias a la vida por estar aquí, por conocerlo y cada momento con él lo disfrutaba, cada segundo) procedió luego al maquillaje, me dijo que no necesitaba demasiado pues ya era bonita.

Cuando Karen terminó y me observe al espejo, no lo podía creer casi no me reconocía, la abrace y le agradecí por lo que hacía por mí para la fiesta de esta noche.

Tocaron a la puerta

-¿Quién es? Exclamó Karen..

-Soy Michael-. Contestaba del otro lado de la puerta-. - Me dijeron que las vieron entrar aquí, ¿puedo pasar?

Karen abrió la puerta lentamente y salió ella primero

- Michael, tengo el honor de presentarte a tu pareja de esta noche-. Karen abrió la puerta-. - Ven Elizabeth, ya puedes salir.

Cuando salí, me encantó la mirada de Michael al verme, estaba enmudecido, queriendo decir algo y mostrando una amplia sonrisa

-Elizabeth te ves hermosa, eres muy bella, yo me siento muy honrado de que seas mi pareja esta noche.

-Gracias, y tu estas bastante apuesto-. Michael ya se había cambiado y lucía único

- Señorita, ¿me hace el honor?-. y me extendió su brazo

- Con mucho gusto-. Poniendo mi brazo alrededor del suyo, caminamos a la limusina

Al subir al vehículo, alcance a observar que Sal y Joanna hacían lo mismo en una camioneta, seguro también irían a la fiesta, me encontraba tan feliz que eso era lo que menos importaba.

La limusina se puso en marcha y pronto llegábamos al lugar y como si fuera una entrega de premios, gran cantidad de personas desfilaban por la entrada hasta ingresar al lugar, antes de bajar y dando una gran exhalación me confesaba.. Michael: Ojala pudiéramos estar solos en otro lugar lejos de aquí, pero lamentablemente no será posible hoy, gracias por acompañarme porque contigo me siento con más confianza.

- Para mí es un placer acompañarte y ya habrá momentos para estar solos.

Michael sonrió y salió primero del carro, extendió su mano hacia mí para ayudarme a salir afortunadamente no percibía a la prensa en los alrededores y caminamos al interior del elegante recinto con todas las miradas puestas en nosotros.