CAP. 74

-Quiero verte, en este momento.

Esa voz, solo escucharla me hacía temblar súbitamente de pies a cabeza. Pero no más, no permitiría que me atemorizara a su antojo.

-¡Sal, la policía te busca, entrégate y déjanos en paz!-. Mi voz subió de tono y grité colérica.

Michael alcanzó a escucharme y estando retirado, dejó lo que hacía para dirigirse hacia mí.

-Solo diré una cosa Elizabeth, esto no se termina hasta que yo lo diga, esperaras noticias mías pronto.

Colgaba sin darme tiempo a recriminarle nada más.

Colocaba la punta de mis dedos en los labios, sintiéndome mortificada.
Michael llegaba y con su dulzura me abrazaba.

-Se quien és,te alcancé a escuchar, pero no te preocupes, la policía lo busca sin detenerse.

-Lo sé, olvidemos eso un momento y concentrémonos en este video nuevo que desean hacer, ¿Cuándo empezarían a realizarlo?
Quisé cambiar de tema, dando otro color al momento.

-Pronto, comenzaríamos en Octubre, en un par de semanas más.
Nos acercamos con Janet para platicar sobre este proyecto que los tenía tan entusiasmados.

Su manager le hacía señas a lo lejos para que se acercara a él, Michael negó con la cabeza e hizo que viniera frente a nosotros.

-Lo siento, cualquier cosa se discute frente a Elizabeth, no tengo nada que ocultar. Enfatizó seriamente Michael.

El manager titubeo, pero lograba hablar sin ánimos aparentes de hacerlo.

-Michael hoy son los premios de MTV, debes ir y dar paso a la apertura del show.

-Eso sería grandioso, Liz y yo estaríamos frente al público y…

-Así no podra ser-. lo interrumpió abruptamente-. -Se requiere tu presencia con Lisa Marie.

-!¿Qué?!-. Abrí enormes los ojos, crucé los brazos, esperando que dijera que era una broma.
Pero no lo era.

-No, Lisa y yo estamos separados, el divorcio debe darmelo en cualquier momento, ella lo prometió.

El pobre manager tragaba saliva, aflojando el cuello de su camisa ante semejante presión.

-Pero lo que sucede es que Lisa abrió una nueva clausula para dar por terminado el matrimonio, solo te acompañara esta noche y será lo último, podrás ser un hombre libre.

Incrédulos y mudos, así nos quedamos sin lograr mencionar nada.

-Hazlo Michael, hazla firmar el acta de divorcio justo en cuanto termine esa presentación, y te desharás de Lisa-. Janet quien se encontraba cerca, lo aconsejaba del mejor modo como ella lo contemplaba.

Aunque tardó unos minutos, al final volteo a verme para dar mi aprobación, asentí con la cabeza pensando que sería lo mejor, tanto hemos pasado y solo esto bastaría para estar juntos libremente, nunca pensamos que Lisa daría un último impedimento a nuestra felicidad.

Pero lo hizo.

Esa noche, iba acompañada de Janet, nos colocamos entre el público, esperando, solo eran cuestión de minutos, terminar esto e inmediatamente después nos iríamos a celebrar.

Un telón se abría de en medio del escenario y los vi salir tomados de la mano.

Respire y pensé que solo era para guardar apariencias.
Eso deseaba pensar.

Janet me tomó por el hombro, susurrando que pronto terminaria.
De mirarla a ella, fije de nuevo la vista sobre el escenario.
Y sucedió lo que jamás pensé que pudiera pasar.

¡La besó!.

-Janet, ¡Michael la besó y la abraza!.
Restregue mis ojos.
Y seguia sucediendo.

-Debe haber alguna respuesta-. Hablaba nerviosamente tratando de controlar la situación.

-No, lo estoy viendo, ¿no miras lo mismo que yo?-. Mis ojos estaban inyectados de tristeza y enojo.

Se quedó callada, claro que observaba lo mismo, todos lo hicieron.

Sentía un remolino en mi estomago, la cabeza parecía estallarme.
Contuve lágrimas.

Giré en mis talones para alejarme.

-Espera Elizabeth, ¿A dónde vas?

-Janet, ¿que puedes decirme?
Enmudeció unos segundos y se frotaba las manos.

-No sé que decirte-. Fue su declaración final.

Le eché una mirada, con el semblante destruido
-¿Por qué?, pensé que me amaba, lo creí de todos, menos de él. ¿Cómo pudo Michael lastimarme?

Avancé entre la gente, todos gritaban con entusiasmo, a lo lejos escuche a Janet gritar mi nombre, pidiéndome que parara.

Y entre empujones lograba salir de ahí, echa un trapo, un mar de desolación y tristeza.
¿Qué explicación puede haber para lo que vi?

En medio de semejante depresión, me detuve solo un momento.
Recordaba algo.
La carta que aquél verdugo le daba a Janet para mí.

Sacándola cuidadosamente de mi bolsa, me dispuse a leerla.

“Es tiempo que me conozcas, dirígete al café de la quinta avenida, te espero a las 9 pm en la mesa junto a la rockola.

Atte:

El hombre misterioso".

Miré mi reloj y eran las 8:42, justo alcanzaba a llegar.

Tal vez no debería andar sola.

Pero en realidad no lo medité mucho y en medio de aquella vasta e inexplorada noche, mi futuro inmediato se veía incierto.

Dando taconazos que hacían eco entre las penumbras de las calles, me dirigí tambaleante entre los solitarios caminos.

Buscando un café.