CAP. 85

La adrenalina nos invadía por completo, descubría uno de mis hombros para besarlo y subir por mi cuello, nos acercamos más todavía, comenzábamos a agitarnos, deseaba ser suya en ese lugar y en ese momento.

Pero Michael se detuvo, me miro a los ojos, aún seguíamos agitados y con la respiración descontrolada.

Tomé su rostro con mis manos, acariciando sus mejillas suavemente, recorriendo las líneas de su expresión con las yemas de mis dedos lentamente.

-Linda, te amo entiéndelo, jamás haría algo que te dañara, ¿cómo pude ser tan inconsciente y permitir que las cosas pasaran así y tu creyeras todo eso? Es algo que no puedo imaginar.

Su voz se apagó, era tan sensible, mire como una tenue lágrima se asomó por uno de sus ojos, haciéndolo brillar primero y después caía rodando hasta su mentón, la sequé con mi mano.
Me incorporé para abrazarlo con fuerza, yo tampoco deseaba dañarlo de ningún modo, ¿porqué lo haría? si lo amaba.

Fue largo el tiempo que estuvimos así, sintiendo la calidez de nuestros cuerpos en un abrazo.
Se separó un poco para hablar.

-Liz, este no es el lugar adecuado para nosotros, estaremos juntos toda la noche, pero aquí no, ven, tengo el sitio indicado.

Me ayudo a pararme, nos acomodamos la ropa, y nos disponíamos a salir, pero una figura en la entrada nos impidió la salida, ella estaba ahí con su vestido de novia, lucía preciosa, pero su semblante era triste.

Me acerqué a ella.

-¿Qué sucede Zulema?
Ella echó a llorar y me tomó de las manos.

-No quería lastimarte Elizabeth, no pensé que pudiera estar lastimando a alguien, solo tenía miedo de que mi madre se enterara y no me permitiera casarme con Yulab.

Le sonreí tratando de apaciguar su mortificación.

-Lo sé, comprendo por lo que estas pasando, y se debe luchar por la persona que se ama-. Y gire la cabeza por mi hombro para mirar a Michael.

Un grito nos hizo borrar las sonrisas de nuestros rostros.
-¡¿Qué?!-. Nayma nos veía boquiabierta, no sabíamos cuanto tiempo tenía ahí, era seguro que había escuchado todo.

-Mamá déjame explicarte…

-No Zulema, ¿Te casaras con el chofer? ¿Estás loca?, no lo permitiré, no seré la comidilla de mis amigas y de la alta sociedad.

-Pero yo lo amo mamá.

La discusión entre ellas se volvía más intensa cada vez que no sabía qué hacer por ayudarla.

Tuve una idea y salí corriendo de ahí, buscando a Yulab y lo traje conmigo.

Yulab estaba impecable en su smoking negro, lucía preocupado cuando le expliqué lo que estaba sucediendo.

Él corrió dejándome muy atrás, tuve que quitarme los zapatos para tratar de alcanzarlo.

Cuando llegué, Nayma estaba más tranquila, y al contrario de hace unos momentos estaba realmente feliz, por fin ellos salieron listos para casarse.

-Te explicare después lo que sucedió-. Murmuró Michael en mi oído.
Nos quedamos a presenciar la boda, y la fiesta fue un éxito, había comida y vino sin parar, bailamos y nos divertimos.

Aunque aún tenía la duda de cómo Nayma había aceptado todo tan rápido.

Al terminar, Michael me tomó de la mano y nos dirigimos a la limousina.

Dentro del lujoso auto toque su rodilla y pregunté.

-¿Por qué Nayma acepto finamente a Yulab?

-Porque él le explicó lo mucho que ama a su hija y del nuevo empleo que consiguió en una de las mejores empresas de África.

Reí pensando lo fácil que fué convencer a Nayma.

Después de un rato lo noté algo serio.

-¿Qué sucede Michael?

Suspiró.

-No ha sido el viaje que te prometí, pero eso está a punto de cambiar linda.

Y en ese momento levanto las comisuras de los labios tan ampliamente que salía a la vista su hermosa sonrisa.

Algo ya había planeado.