“Aquel día decidí cambiar muchas cosas
Aquel día comprendí que los sueños
Son solamente para hacerse realidad,
Desde aquel día ya no duermo para descansar
Ahora solamente duermo para soñar”

Walt Disney


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CAP. 98

domingo, 30 de septiembre de 2012






Apenado agachó la cabeza sin saber que decirme.
Con los brazos colgando a sus costado y exhalando profundamente se quedó así, inmóvil.
 
Lo miré unos instantes, cavilando en mi cabeza.
Daba pasos cortos de un lado a otro, meditando la situación.

Mordía la uña de mi dedo meñique y ninguno de los dos nos atrevíamos a decir palabra alguna. 

Súbitamente levantó la quijada y en tono solemne masculló despacito. 

-¿Me perdonas?
Eso fue suficiente
¿Porqué no iba a perdonarlo? mucho de lo que pasaba hoy era gracias a él.
 
Sin pensarlo más, adelante pasos y lo abracé, casi a dejarlo sin aliento.
 
La puerta se abría en esos instantes y entraba mi madre.
Junto con Janet y Karen.

-Vamos le decía a mi padre, es hora de dejar que la arreglen.

Ellos habían quedado como amigos, mi madre también lo había perdonado después de conocer todo lo que había hecho por mí.
   
Al salir ellos, miré por la ventana, todo estaba casi listo, las mesas, las sillas, las terrazas.
Podía ver también como Mac correteaba con Bubbles. 

Era como ver a través de la ventana de un sueño que alguna vez hubiera tenido.

No podía dejar de contemplar.

Janet corrió y abrió el ropero.

-Mira Elizabeth.

Mi atención se centró ahora en lo que iba a mostrarme.

Un hermoso vestido blanco sacaba para extenderlo sobre la cama.

Largo, de hombros descubiertos y una fina tela transparente con destellos finos cubrían la tela de la falda.

Para Karen era difícil maquillarme, me ruborizaba tanto que tenía que aplacar el color encendido de mis mejillas por la emoción que sentía.

El cabello me lo dejó suelto con algunos rulos tenues que caían sobre mi espalda.
Salí empuñando mi ramo de flores, acompañada de mi padre.

Miré a Joe sentado al lado de Katherine. Y sabía que por fin había aceptado nuestra unión de alguna manera.

Canon de pachelbel se dejó escuchar.
Y la boda comenzaba. 

 Michael estaba delante. Esperándome.
 
Se mecía levemente de adelante hacia atrás, mojaba sus labios impaciente. 
Estaba radiante, con esa hermosa sonrisa que me enamoraba.

Me tomó de la mano y no podíamos dejar de vernos.
Tomé otra foto mental que llevaría siempre conmigo.

Nos aceptabamos como esposos en medio de una brisa tenue que hacía juguetear nuestros cabellos.

Los destellos de la luz del sol, avivaban solemnemente el recuerdo que tendría de este día.

Un helicóptero sin previo aviso sobrevolaba el lugar, todas las precauciones no impidieron que la prensa se acercara un poco.

Pero no importaba.
Nada de eso importaba ya.

En el mismo jardín estaba todo listo para hacer la fiesta debajo de terrazas blancas elegantes.

Michael me tendió la mano para bailar y con micrófono en mano, me cantaba "for all time" de pronto la gente parecía desaparecer para solo estar nosotros.

Nuestro momento.

Nos movíamos suavemente al ritmo y siguiendo el hilo de la canción, Michael continuaba cantando, solo para mí, para nosotros.

E. Taylor nos miraba orgullosa, nos echaba una miraba que parecía decirnos que ella sabía bien que este dia llegaría y que no lo había dudado ni por un minuto.
 
Tomamos suficiente vino, bailamos, reímos, cantamos y brindamos.

Los invitados comenzaron a irse de uno por uno.

Al final dentro de la casa, nos sentamos junto al fuego, platicamos bastante, recordando como nos conocimos y lo que deseabamos para nuestro futuro.

Acariciaba mi nariz con su dedo y me llenaba de suaves besos en el rostro.

Me acomodé sobre él, y pensaba en el hombre maravilloso que es.
Qué muchas personas lo malinterpretaban, ojala pudieran verlo con mis ojos.

Él tenía el corazón en la mano, siempre dispuesto a entregarlo.
 
Lentamente nos dirigíamos a la habitación, Michael y yo términamos tan cansados que dormíamos abrazados con nuestros trajes aún puestos.

A la mañana siguiente me reuniria con el por la tarde para almorzar.

Michael tenía una junta importante para seguir ultimando detalles para la gira.

Pensaba que nuestra luna de miel sería dandole la vuelta al mundo en el tour que no tardaba en comenzar.

Yo tenía que ir al periódico y después tenía un llamado en la fundación.

Mario se alegró mucho al verme.
-¿Estás segura que lo vas a hacer?. Me preguntó cabizbajo.

-Si Mario, es tiempo de hacerlo, además con lo me espera en la fundación estoy más que satisfecha.

-Si eso es lo que quieres adelante, yo te apoyo. Y me levantó su pulgar.

Decidida me dirigí hacia mi jefe.

-Elizabeth, es un placer tenerte de vuelta.

 Estaba seria, miraba el lugar, quería verlo todo por última vez.

-Vengo a renunciar.

-¿Qué?. No se esperaba esa noticia.  - No nos puedes hacer esto, eres la mejor, ¿Qué quieres? ¿Más sueldo? ¿Vacaciones?

Sonreí y meneé la cabeza hacia los lados.

-Nada, lo que deseo ya lo tengo.

Entregué mi última columna y salí campante del lugar, mi ciclo en ese sitio había terminado.

A Lety y a Mario los iba a extrañar pero igual nos íbamos a seguir viendo, eso lo sabíamos de sobra.

De mi departamento estaba tranquila, ahora Rosie viviría en él.
Ahora mi hogar era en Neverland.

En estos días mandaría a recoger mis cosas.

Me encamine hacia la fundación. Y ya sabía lo que íban a pedirme.

Después de la platica, salía contenta de ahí pues querían que fuera la nueva dirigente del lugar, ese también había sido el motivo de haber renunciado al periódico, ahora podría tener mas tiempo para estar en la fundación y en mi nueva ocupación como la Sra. Jackson.

Qué bien se escuchaba eso, Elizabeth Jackson Porter.

De pronto recorde la carta.

La carta que Debbie Rowe me había dado, se había quedado en Neverland. 

Giré y me dirigí hacía allá.
Llegué tan pronto como pude, algo golpeteaba en mi pecho, tenía que saber que decía.

Michael aún seguía ocupado.

Fuí a la recámara y la saqué de uno de los cajones.

La leí pero quede enmudecida.

No podía creerlo.

La volví a leer. 
Y de nuevo la volvía a leer, no sabía que pensar.

Una lágrima resbaló por mi mejilla.

 ¿Será verdad?

Me quedé atónita dejando caer la hoja al suelo.

Tomé mi bolsa y salí corriendo de ahí, tenía que ir antes de que llegara Michael.
 








 







5 COMENTARIOS:

Unknown dijo...

O no no me puedes dejar así, tienes que publicar pronto el proximo capitulo, que pone en la carta!!!
Que ocurre? Awww esperare con ansias el proximo :)

Anónimo dijo...

Awww ya se casaron!!! No lo puedo creer!!!
Ay Liz que alegría tan grande me haz dado :)
Espero que lo de Debbie no sea nada grave que pueda empañar la felicidad de los recién casados.
¡Me muero por saber qué pasará!
Besitos
Anita.

Anónimo dijo...

Um.. que no sea lo que pienso...!
aaah! que dificil es creer que la historia va en este punto... a punto de llegar a su desenlace... esperare al sigueinte capitulo;) este fue fascinante! pero no nos dejes mucho con la duda liz... porfa continua!

saludos

Anónimo dijo...

perdona, olvide poner mi nombre en el comentario anterior jaja lo siento XD soy Sabrina(:

Anónimo dijo...

Como siempre muy buen capitulo,muy emotivo e intrigante!! me mueroooo de ganas de saber q decia esa carta, espero no sea algo q empañe la felicidad de estos dos, q al fin logran estar juntos...liz no nos dejes con la duda mucho tiempo plisss!
saludos
Summer :]

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